Los maestros holandeses toman El Prado

Los visitantes del Museo del Prado están de enhorabuena, la obra maestra "La compañia del capitán Reijnier Reael y el teniente Cornelis Michielsz Blaeuw" de los artistas holandeses Rans Hals y Pieter Coodde podrá ser contemplada en sus salas hasta finales de febrero de 2010. La pintura pertenece al tipo de retrato de grupo conocido como "compañía de milicianos", característico de la pintura holandesa de los siglos XVI y XVII, se exhibe junto a la exposición "Holandeses en el Prado".



La muestra "Holandesdes en el Prado" está compuesta por los cuadros más representativos de los artistas holandeses en posesión del Prado, un tlotal de acienta y seis cuadros, que han abandonado la oscuridad de los almacenes para mostrar su brillo y calidad, tras un periodo de estudio y catalogación llevado a cabo por la conservadora Teresa Posada.

















Por pintura holandesa se entiende la producida en las llamadas Provincias Unidas del Norte desde que, tras la firma de la Unión de Utrech en 1579, se constituyeran en nación independiente, mientras que las Provincias Unidas del Sur (Flandes) pearmanecieron bajo dominio español.

La siete provincias de la Holanda era la mayor y su capital Amsterdam llegaron a convertirse en el s. XVII en una de las principales potencias europeas. La burguesía comercial, la nueva clases dominante, se sirvió de la pintura como el mejor vehículo de afirmación de la nueva identidad nacional.


Claves de la exposición

La exposición se ha organizado en torno a tres secciones: cuadros holandeses procedentes de la colecciones de Felipe IV y de Carlos II; cuadros holandeses de la colección de los Borbones; y nuevas adquisiciones: legados, donaciones, daciones y compras. Muchas de las obras expuestas han sido restauradas con motivo de la elaboración del catálogo.


Pinturas Holandesas en la colección de Felipe IV y Carlos II

Este periodo destaca por la escasez de obras de origen holandés en la colecciones de los últimos Austrias, Felipe IV y Carlos II, el motivo se debió al contexto histórico y político, y además respondió a una cuestión de gusto y desinterés artístico.




















Paisaje invernal con patinadores, Joost Cornelisz Droochsloot


Los pintores holandeses optaron por liberarse de la influencia del Sur católico, y vincularse a la tradición pictórica nórdica, la defendida por la iglesia calvinista en Holanda. La temática de los cuadros se centraba en la representación del entorno, los objetos, el quehacer cotidiano. Los artistas se posicionaron a favor de una pintura descriptiva y doméstica frente al idealismo clasicista derivado del humanismo renacentista. Por dichos motivos el número de obras es escaso en las colecciones de los monarcas Felipe IV y Carlos II.


Pinturas Holandesas en la colección de los Borbones

Con la llegada de los Borbones, Felipe V e Isabel de Farnesio, y el cambio en el gusto artístico en Europa se produjo un incremento en las Colecciones Reales de cuadros flamencos, y en menor grado de holandeses, que sus sucesores continuaron incrementando.

Los cuadros adquiridos durante este periodo abarcan todos los géneros: marina, paisaje invernal, bodegones, batallas, cacerías y pinturas de historia.

Una de las obras perteneciente al último género es la obra de Rembrandt "Judit en el banquete de Holofernes" que fue adquirida por Carlos III. Es una de las obras maestras del Museo del Prado y la única de Rembrandt que se conserva en España.
























Judit en el banquete de Holofernes. Rembrandt

Nuevas adquisiciones: legados, donaciones, daciones y compras

Las obras de esta sección fueron ingresadas en el Museo del Prado en el s. XIX a través de legados y donaciones, y durante el s. XX se hicieron a través de daciones y de compra directa, permitiendo cubrir algunas lagunas de la colección, especialmente en la temática de bodegón y del retrato.


























Retrato de una señora de la familia van Beijeren van Schagen. Michiel Jansz van Mierevelt